La Estrategia de Formación Docente para la Educación Media Superior 2025–2030 representa un cambio profundo, al transitar de un modelo de formación individual a uno colectivo y colaborativo. Su propósito es impulsar prácticas innovadoras, colaborativas, contextualizadas y centradas en el trabajo conjunto de las maestras y los maestros. Esta estrategia se fundamenta en la
visión humanista de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que concibe a la educación como un proceso integral orientado al desarrollo personal y social de las y los estudiantes.
Reconociendo a las maestras y los maestros como
actores clave del proceso educativo, la estrategia valora sus trayectorias, saberes y contexto en el que desarrollan su labor. Se promueve la construcción colectiva del conocimiento, la práctica reflexiva, la formación continua mediante comunidades de aprendizaje y el acompañamiento pedagógico horizontal como pilares del desarrollo profesional docente.
Con base en el
Plan Integral del Sistema Nacional de Bachillerato que contempla tres ejes —fortalecimiento, integración y ampliación—, la estrategia se articula principalmente con el eje de fortalecimiento, el cual pone énfasis, entre otros, en la vida escolar y la formación docente. Este eje abarca acciones como la mejora de las condiciones escolares, la creación de comunidades escolares seguras y participativas, el reconocimiento al trabajo docente y la promoción de proyectos comunitarios. Asimismo, la formación se orienta al desarrollo de
competencias pedagógicas contextualizadas, el uso de estrategias didácticas interdisciplinarias y la implementación de prácticas innovadoras vinculadas con los intereses y necesidades del estudiantado.
Se busca la conformación de
comunidades profesionales de aprendizaje, espacios donde el las y los docentes enfrenten desafíos como la inclusión, la equidad, la prevención de la violencia y la reducción de la desafiliación escolar. Se priorizará la atención a planteles ubicados en contextos de alta marginación, garantizando el acceso equitativo a la oferta formativa. Además, se establecerán mecanismos de evaluación y mejora continua para asegurar la pertinencia y eficacia de las acciones formativas, vinculándolas con el desarrollo profesional y las condiciones laborales del personal docente.
La estrategia enfatizará tres enfoques clave para el fortalecimiento de estas comunidades profesionales de aprendizaje:
- Formación situada. Parte del reconocimiento del contexto como elemento central de la práctica, considerando las particularidades de las escuelas, los territorios y las comunidades educativas.
- Reflexión de la práctica. Promueve la revalorización de la práctica como motor de transformación social, fomentando la mejora profesional continua y el diseño de propuestas didácticas relevantes.
- Acompañamiento pedagógico. Se concibe como un proceso formativo, reflexivo y colaborativo, donde cada docente comparte sus saberes y experiencias para enriquecer el aprendizaje colectivo y el fortalecimiento de la comunidad profesional de aprendizaje.
En conjunto, esta estrategia apuesta por una formación docente transformadora, contextualizada y orientada al bienestar integral de estudiantes y docentes, en sintonía con los principios de justicia social, inclusión y equidad educativa.
Finalmente, la oferta de formación, actualización y capacitación tiene como objetivo motivar a las maestras y los maestros, en todas sus funciones, a asumir de manera voluntaria y consciente el análisis y la reflexión sobre sus necesidades formativas. Se busca que conciban la actualización y la capacitación como un proceso permanente, en el cual participen activamente a través de dispositivos formativos que enriquezcan su práctica docente y fortalezcan su profesionalización, construyendo así su propio trayecto formativo.